Windows 10 ha cerrado su ciclo de vida: desde el 14 de octubre dejó de recibir parches de seguridad y asistencia oficial por parte de Microsoft. Esto implica que los equipos que sigan en este sistema quedan más expuestos a vulnerabilidades y a fallos que ya no se corregirán mediante actualizaciones.
En España y el resto de Europa, los usuarios y las empresas disponen de varias vías para gestionar la transición: contratar el soporte extendido (ESU), planificar el salto a Windows 11 o mantener Windows 10 con medidas adicionales de mitigación, asumiendo los riesgos de seguridad que conlleva.
Qué supone el fin de soporte
El fin de soporte significa que Microsoft deja de publicar actualizaciones de seguridad, mejoras y correcciones para Windows 10. El sistema seguirá funcionando, pero con el tiempo aumentará la posibilidad de sufrir exploits sin parchear, incidentes de estabilidad y problemas de compatibilidad con nuevas versiones de programas.
Además, algunos fabricantes de software y hardware ajustan sus políticas cuando un sistema entra en fin de vida, lo que conlleva cambios en controladores, certificaciones y pruebas de calidad. Aunque no sea inmediato, el deterioro del soporte del ecosistema puede notarse en aplicaciones clave con el paso de los meses.

Soporte extendido (ESU): disponibilidad y coste
Microsoft ofrece el programa Extended Security Updates para seguir recibiendo parches críticos durante un periodo adicional que se prolonga, con carácter general, hasta octubre de 2028. En España y la UE, este servicio está orientado a empresas y también disponible para particulares, normalmente con suscripción anual.
La tarifa del ESU acostumbra a incrementarse cada año: en algunas comunicaciones se menciona una cuota alrededor de 30 euros el primer año, que aumenta en ejercicios siguientes (hasta duplicarse y triplicarse), por lo que conviene evaluar el coste total si se planea mantener Windows 10 varios años más.
Hay excepciones: ciertos clientes con soluciones empresariales de Microsoft, como Windows 365 u ofertas específicas en entornos corporativos y educativos, pueden acceder al soporte extendido sin coste adicional o en condiciones ventajosas. Para la mayoría de usuarios domésticos, no obstante, el ESU será un servicio de pago.
Cómo activar el ESU en un PC con Windows 10
Si optas por el soporte extendido, el alta puede hacerse desde el propio sistema. El objetivo es que el dispositivo quede inscrito correctamente y reciba los boletines de seguridad mensuales.
- Abre la aplicación Configuración (tecla Windows y engranaje) y entra en el apartado Windows Update.
- Entra en el área de mantenimiento y localiza la opción Actualizaciones de seguridad ampliadas (ESU) si aparece en tu dispositivo.
- Selecciona el botón para inscribirte, inicia sesión con tu cuenta de Microsoft y completa los pasos que se indiquen.
- Comprueba que Windows Update muestra el estado de registro activo para recibir los parches ampliados.
Cuando el proceso finaliza, el equipo queda apuntado para continuar recibiendo parches de seguridad críticos durante el periodo contratado. Este registro se renueva de forma anual hasta la fecha tope establecida por Microsoft.
Controladores y software: la aclaración de AMD
La versión Adrenalin 25.10.2 del controlador AMD Radeon generó dudas al no mencionar Windows 10 en sus notas. La compañía ha aclarado que, aunque el sistema no se liste de forma explícita tras su fin de vida, los usuarios de Windows 10 siguen recibiendo controladores compatibles.
Eso sí, AMD ha situado las GPU basadas en RDNA 1 y RDNA 2 en un estado de mantenimiento: continuarán llegando correcciones de errores y soporte de lanzamientos clave, pero es posible que determinadas funciones nuevas se centren en generaciones más recientes.
Navegadores y servicios: la influencia de Google
Más allá de Microsoft, el ecosistema marca el ritmo. Cuando Google retiró soporte a Windows 7 en Chromium, numerosos navegadores basados en ese motor dejaron de actualizarse en ese sistema. Ese precedente sugiere que, llegado el momento, la caída del soporte en Windows 10 por parte de grandes proveedores puede acelerar el cambio.
En la práctica, aunque mantengas ESU, si los navegadores, clientes de correo u otras apps críticas dejan de recibir actualizaciones, el equipo perderá funcionalidad y seguridad con rapidez. Es un factor decisivo a considerar en tu calendario de migración.
¿Conviene dar el salto a Windows 11?
Para quien cumpla requisitos, pasar a Windows 11 aporta mejoras de seguridad apoyadas en hardware (TPM 2.0, Arranque Seguro) y optimizaciones de rendimiento. Además, integra funciones con IA como Copilot y ajustes de colaboración que pueden mejorar la productividad diaria.
La recomendación de los expertos en ciberseguridad es clara: prolongar mucho tiempo el uso de un sistema sin parches aumenta el riesgo. Si el equipo es compatible, la actualización a Windows 11 es la opción más equilibrada entre seguridad y soporte.
Requisitos y preparación para actualizar
Antes de nada, conviene confirmar la compatibilidad. Microsoft ofrece la herramienta de Comprobación de estado del PC para verificar requisitos y posibles bloqueos.
- CPU de 64 bits con 2 o más núcleos a 1 GHz como mínimo.
- Al menos 4 GB de RAM (más es recomendable para un uso fluido).
- Espacio libre de 64 GB o superior para el sistema y sus parches.
- TPM 2.0 y Arranque Seguro (UEFI) activados en la BIOS/UEFI.
Para una migración sin sobresaltos, crea una copia de seguridad completa, conecta el equipo a la corriente y utiliza Windows Update como método preferente, reservando el tiempo necesario para que el proceso se complete sin interrupciones.
Impacto en el mercado de PC
El fin de soporte de Windows 10 ha actuado como catalizador de renovaciones. Datos preliminares del tercer trimestre de 2025 hablan de un crecimiento cercano al 8,1% interanual en envíos de PC, con grandes fabricantes capitalizando el ciclo de actualización.
Algunos actores como Lenovo, HP o Apple registraron avances significativos, mientras que otros, como Dell, mostraron comportamientos más contenidos. Este ciclo allana el terreno para la siguiente ola de equipos con capacidades de IA, que se espera cobre fuerza tras 2026.
Con el soporte oficial ya finalizado, la decisión pasa por elegir entre extender parches mediante ESU con coste creciente, planificar la actualización a Windows 11 o acelerar la renovación del hardware; en cualquier caso, conviene fijar un calendario y evitar quedar atrapado en un sistema sin protección activa.